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(MI) ÉXITO

A veces siento que el éxito se me escapa de las manos, que cuando empiezo a nadar en abundancia, a conseguir buenos trabajos y bien remunerados, todo rápidamente vuelve a desaparecer. Necesito entender el por qué.

 

Así que me siento, con un cuaderno en mano, a pensar. ¿Cuál es mi relación con el éxito?

 

Me imagino a mí misma y al éxito humanizado, nos miramos. Me siento atraída hacia él, pero siento que hay algo que me impide acercarme, hay algo que me frena, algo que tengo que dejar ir.

 

Pienso en mis padres, por si es su legado familiar lo que me está reteniendo. Siento que los incluyo en mi imaginación, más por costumbre que por necesidad, no siento que vaya con ellos este tema, es mi éxito. Siento que mi padre está orgulloso de mi, del éxito que he dibujado en mi imaginación y le gusta verme cerca de él.

 

A mi madre, en cambio, la noto a la defensiva. Ella está convencida de que el éxito me traerá dolor, que, aunque yo tenga todo lo necesario para alcanzarlo, he de ir con cuidado. Empiezo a creer que quizás sí que tienen algo que ver, si no resuelvo este algo con mi madre, con los dos, cualquier éxito que consiga no perdurará.

 

Mi padre trabajaba y traía dinero, y mi madre era la que se ocupaba de la economía y de la casa. Trabajó toda su vida. Ambos estuvieron juntos, pero mi padre tuvo otra vida. Le puso los cuernos a mi madre y ella siguió en la relación, aunque no estaba contenta con ello. Aun queriéndolos mucho, siento que me dejaron estas cargas: mi padre me dejó la desconfianza hacía los hombres, y mi madre el hecho de ser sometida a una relación sin querer estar ahí.

 

Me senté queriendo reflexionar sobre el éxito pero me veo cargada de estas cosas, y eso me cansa. Así que, por lo menos en mi imaginación, se las devuelvo. Lo que fue entre ellos, es cosa suya, lo dejo con ellos y yo me quedo libre.

 

Mi yo en mi cabeza vuelve a acercarse al éxito, pero aún no es suficiente, aún no lo alcanzo, y empiezo a sentirme impotente, quiero tenerlo a mi manera, pero siento como si siguiera redirigiéndome a mis padres. Como si me obligara a reconocer que ellos tuvieron éxito a su manera, que lo que hicieron estuvo bien para ellos, aunque llevaran algunas cargas con ello.

 

Siento que tengo que agradecerles eso, integrar su éxito para poder tener el mío. Pero me cabrea, sus actos me cargaron de cosas que ya no puedo ni quiero seguir sosteniendo. Pienso en la casa del pueblo que me dejaron en herencia, algo que intenté seguir llevando sola, pero cada vez me carga más a nivel emocional, y estoy cansada de llegar a fin de mes con el agua al cuello. Estoy harta de solo sobrevivir.

 

Pero siento que no puedo venderla, no puedo renunciar a lo que ellos me han dejado. Mi madre, en mi imaginación, me dice que está bien que yo lo haga diferente, pero algo en mi quiere seguir siendo fiel, algo inconsciente. Aunque todo ello me pese.

 

Me pesa muchísimo. Pequeñas gotas empiezan a pintar el cuaderno. No me salen palabras. Solo me siento muy cansada y me encantaría poder abrazar a mi madre y dejarme llorar.

 

Cierro el cuaderno. Hoy no resolveré mi relación con el éxito. Hoy no puedo. Pero siento que este momento no ha sido en vano. Me he dado cuenta del enfado que sigo cargando hacia mis padres, y como he de convertirlo en agradecimiento para dejar este cansancio atrás.

 

 

A partir de mañana, empezaré a escribir cosas concretas por las que me siento agradecida a mis padres. Quiero agradecerles con todas las fibras de mi ser todo aquello que me han dado, y así, poder conseguir el éxito completo.